miércoles, 13 de abril de 2011

¡Peligro de muerte!

























Aquel día se presento en casa sudoroso y con la ropa muy sucia, pero muy contento, iba de un lado a otro de la casa sin parar de agitarse y del bolsillo del pantalón saco un fajo de billetes, de los grandes, diciendo “por fin un golpe de buena suerte, con este dinero podremos pagar los meses de hipoteca que debemos y ya no podrán embargarnos”. Yo le pregunte en donde había conseguido todo ese dinero y el me contesto “yo estaba en el bar de siempre cuando llego el capataz de la finca grande acompañado por dos tipos bien vestidos  y con aires de cultos, estaban buscando a hombres dispuestos a trabajar en ese mismo momento, rápido y con discreción, a cambio de una muy buena paga. Un camión había sufrido un accidente en la carretera cercana y había que traspasar la carga a otro camión que estaba en camino y eso era todo”. Después con la alegría y la euforia de de la buena suerte nos dejamos llevar entregándonos a la pasión durante toda la noche.
Luego con los días volvió la rutina y con ella otra vez la mala suerte. Pocos meses después él enfermo gravemente, los médicos simplemente no sabían lo que le enfermaba y en pocos días murió. Ahora estoy yo aquí en el quirófano para sacarme del vientre el fruto de aquella noche de pasión y amor, los médicos dicen que las graves malformaciones de mi muy querido y deseado hijo son incompatibles con la vida de él y la mía.

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