Pedrito fue de niño un buen hijo y un buen compañero de colegio. Cuando termino los estudios, se convirtió en un buen ciudadano cumplidor de sus obligaciones, a los pocos años y por cosas de la vida entro en política, alcanzando una posición con responsabilidad dentro del “partido” y de hay paso a tener cargo político en una Administración Autonómica. Hace poco coincidimos en un restaurante de moda, me sorprendió lo cambiado que estaba, por lo que le pregunte.
- Pedrito, ¿Por qué tienes las manos tan largas?
- Para alcanzar las cosas mejor
- Y la nariz, ¿Por qué te ha crecido tanto?
- Por decir lo que la gente quiere oír
- Y los dientes, ¿Por qué tienes los colmillos tan largos?
- Para chuparte la sangre mejor.
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